Antes de empezar, me presento: me llamo Sofía Villarreal en el mundo físico y Sofiverse en el mundo virtual; soy arquitecta, diseñadora visual y artista NFT. Entré al ecosistema Web3 en 2022 gracias a que conocí los metaversos. En ese momento tenía un trabajo semipresencial que me demandaba mucho tiempo, pero, a pesar de esto, empecé a estudiar sobre Web3 y a asistir a meetups, y me enamoré de la cultura.
Con el tiempo, sentí que necesitaba saber más, que quería probar más cosas y sobre todo crear. Nunca en la vida había visto tanta gente con ideas tan descabelladas (y totalmente convencida de ellas). Historia corta: el año pasado dejé mi trabajo para lanzarme al agujero de gusano y adoptar esta forma de vida. Y uno de mis sueños en ese viaje era participar en un Hackathon.
Para las personas que no conocen el término, un Hackathon es un evento, virtual o presencial, donde se reúnen personas con el objetivo de construir soluciones tecnológicas en un tiempo determinado. Tradicionalmente están dirigidos a programadores; sin embargo, se han abierto a perfiles diversos como diseñadores gráficos, mercadólogos, analistas financieros e incluso sociólogos. Este fue el caso del hackathon del ETH Cinco de Mayo (ETH CDM), realizado en la ciudad de Cholula, Puebla, del 2 al 4 de febrero.
El Hackathon del ETH CDM logró reunir a más de 600 hackers. Con el apoyo de más de 30 comunidades que construyen en Web3, fue un reto de 38 horas dentro de un museo encima de una pirámide (el Museo Regional de Cholula), y con vista a los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Ese fue el escenario de mi primer hackathon, y les voy a contar cómo se vivió desde adentro.
La emoción del hackathon empezó a vivirse con varias semanas de anticipación. Spaces en X, correos de confirmación llegando a nuestras bandejas de entrada, calendario de eventos secundarios en torno al hackathon, chats de Telegram; para los que no conocíamos la experiencia, esto fue un primer vistazo al frenético mundo de internet y la tecnología. Yo entré sin equipo, sin saber realmente si lo iba a encontrar después, pero los chats de Telegram se hicieron justo para eso. Todos los días se presentaban personas contando lo que sabían hacer o sus ideas de proyectos; uno de ellos llamó mi atención y entré como diseñadora.
Me parece importante hablar de esto para la gente que va por primera vez: incluso sin tener equipo pude haber asistido al evento. Muchos hackers llegaron así, y se conocieron en los talleres que ofrecieron las comunidades aliadas. Es algo que me encanta de la comunidad Web3 y tech: el sentido de colaboración, la apertura y el valor que se da a las habilidades de cada quien.
El hackathon inició de manera oficial el viernes 2 de febrero de 2024 a las 5:00 pm (hora local). El plazo para entregar el proyecto era el domingo 4 de febrero de 2024 a las 8:00 am. El objetivo fue el de crear una solución basada en las tecnologías de alguno de los partners oficiales: Vara, Near, Astar, Avalanche, The Graph, ICP o Push Protocol.
Cada partner estableció criterios para la evaluación de las propuestas, así como los generales del hackathon: realizar un video de 3 minutos de duración hablando del proyecto; subir el código en un repositorio de Github, y adjuntar material de apoyo como presentaciones, imágenes, demos, pitch deck, o cualquier cosa que explicara la idea. Después de la entrega el domingo, se llevarían a cabo sesiones de pitch con los partners y con los mentores, y una ceremonia de clausura para anunciar a los finalistas del evento y los ganadores de cada red.
El personal del museo proporcionó espacios con mesas y sillas, así como conexión a internet (aunque en algunas ocasiones dejaba de funcionar). Era común observar equipos preparados con colchones inflables, almohadas y cobijas para soportar las madrugadas con temperaturas de hasta 4°C. Había cafeteras ubicadas en puntos estratégicos, y de vez en cuando aparecían cosas para comer.
Valoro mucho el proceso de nuestro equipo. Nosotros trabajamos en una solución para tomar decisiones vecinales en Near. Nuestro argumento se basaba en que las personas de una calle pueden llegar a acuerdos a partir del debate y el consenso. Recuerdo estar ideando con mis compañeros de equipo, reunidos en torno a un proyector, observando ejemplos de apps que funcionan de manera similar, lanzando ideas con los desarrolladores y sopesando la complejidad.
Yo me enfoqué en la interfaz de usuario y en algunas técnicas de gamificación, así como en mi experiencia como urbanista. Como dije, todo cuenta en un hackathon. En el caso de mis compañeros programadores, ellos nunca habían trabajado con Web3, por lo que este hackathon se convirtió en una oportunidad para aprender cosas que no enseñaban en sus universidades.
Destaco que un hackathon puede ser un evento abierto a muchos perfiles. Por ejemplo, mi equipo estuvo liderado por Anna y Humberto, quienes dedican su vida a estudiar y enseñar a las comunidades sobre temas de gobernanza y toma de decisiones. También estuvieron dos programadores (Irwing y Johan) con una gran capacidad de adaptación a la tecnología, y yo diseñando y compartiendo experiencias sobre ejercicios participativos. Combinamos varias habilidades y conocimientos para completar nuestros entregables: edición de video, storytelling, financiamiento de proyectos en Web3, autogestión, inteligencia artificial, desarrollo, leyes y hasta actuación.
Luego de una noche entera de trabajo, entregamos nuestro prototipo a las 7:40 am., 20 minutos antes de que se terminara el plazo. Después de las sesiones de pitch, donde presentamos nuestra idea a los partners de Near y a los mentores del hackathon, me fui a dormir un rato y me perdí el anuncio de los ganadores. Nuestro equipo logró un segundo lugar en Near.
Fue un gran cierre para una experiencia que estuve a punto de cancelar por miedo. Me llenó de motivación ver a tanta gente comprometida con construir soluciones basadas en tecnología; compartir pasiones y locuras con gente que sentí que me entendía, aunque no viviera en el mismo país o hablara el mismo idioma. Amé encontrarme con personas a las que sólo conocía por sus nombres de usuario o sus fotos de perfil; cada abrazo me conectaba a tierra y me convencía de que fue una decisión correcta.
El hackathon me enfrentó al panorama de resolver un problema en poco tiempo acompañada de un equipo; me ayudó a entender mis fortalezas y mis debilidades, y a colaborar a partir de ello para lograr un objetivo común. Me abrió los ojos a miles de cosas que están pasando debajo del ruido del marketing en internet, y me hizo querer probar más. Agradezco mucho esta oportunidad así como al equipo que confió en mí, y aliento a más personas a que, si llegan a tener la misma oportunidad que yo, la tomen a pesar de las dudas.
¡Nos leemos pronto! 🔥
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