Sí, ya hablamos mucho de los ETFs. ¿Pero para qué nos sirven?
¡Hola comunidad de Happ3n! Es un gusto para mi estar una vez más aquí con ustedes compartiendo ideas sobre Web3 y criptoactivos. En esta ocasión quisiera hablar del acontecimiento que se ha llevado prácticamente toda la atención en el espacio durante las últimas semanas: los ETFs de Bitcoin.
Sé que ya se ha escrito bastante de este tema, pero en esta entrega, no deseo hablarte de muchos datos y muchas cifras, sino más bien de algunas cuestiones de narrativa, pero quisiera platicártelas desde un punto de vista tanto jurídico como económico y financiero, aspectos en los que creo, está la importancia de este hito en la historia de los criptoactivos.
Desde el punto de vista jurídico, si bien Bitcoin no es ilegal en Estados Unidos, hay educadores, expertos en activos bursátiles, que han afirmado que sí lo es. Naturalmente, Bitcoin no contaba con una regulación como activo de inversión, pero de eso a que fuera ilegal, existe un gran trecho.
La creación y autorización de un ETF de Bitcoin brinda a los inversionistas la confianza para colocar su dinero, aunque sea de manera indirecta, en un activo al cual se puede tener exposición por medio de un instrumento regulado como un fondo cotizado en bolsa. Esta confianza viene dada por la aprobación de tales instrumentos por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos. Sin embargo, es importante recordar que dicha aprobación no significa que dicha comisión respalda la inversión en Bitcoin o criptomonedas.
Si bien es cierto que ya existen ETF de Bitcoin en otros países, es importante entender que lo que sucede en Wall Street, que no solo es el centro financiero de los Estados Unidos, sino del mundo entero, tiene un impacto mucho mayor al que podría tener un ETF aprobado en cualquiera de esos países.
Sin embargo, y aquí comenzamos a abordar los puntos de vista económico y financiero, recuerda que comprar un ETF en tu broker favorito es invertir en un fondo que a su vez invierte en un activo subyacente, en este caso, el Bitcoin. Por lo tanto, si bien los ETF de Bitcoin están respaldados por este activo que tienen en “físico”, no significa que al invertir en estos ETF, estemos invirtiendo directamente en Bitcoin.
Por lo anterior, surge el argumento de que no tiene sentido invertir en un fondo que a su vez invierte en Bitcoin, si uno puede invertir directamente en Bitcoin. Sin embargo, respecto a dicha afirmación, vale la pena hacer algunas consideraciones.
Para ejemplificar, hablaré del oro físico. El oro físico, a decir de algunos economistas, debería ser la columna vertebral de una cartera de inversión sólida, ya que el oro es el dinero por antonomasia.
La cuestión es que, por más importante que sea el oro como activo de inversión, sus propias características no lo hacen apto para todas las personas.
Para empezar, según el país en el que estés, encontrarás distintas denominaciones de oro para inversión, principalmente en forma amonedada (en Estados Unidos las American Eagle, en Canadá las Maple Leaf, en México los Centenarios). Por lo regular, estas monedas se venden en onzas y al día de hoy, una onza de oro tiene un precio de 2050 dólares. En el caso de que tuvieras ese capital y adquirieras oro, necesitarías contar con un lugar seguro para almacenarlo, y en caso de que tuvieras que trasladarlo, el espacio y el peso jugarían un papel importante. Y todo lo anterior sin hacer mención a las precauciones que tendrías que tomar para garantizar tu seguridad física.
Así las cosas, en noviembre de 2004, apareció en el mercado un ETF para invertir en oro físico. Con el ticker GLD, el SPDR Gold Shares de State Street Global Advisors es, actualmente, de los ETF de materias primas más populares del mundo. Aunque desde luego, no es el único, ya que también existe con el ticker IAU, el iShares Gold Trust de BlackRock, lanzado al mercado en enero del año 2005.
Es importante puntualizar que, si bien un ETF no te da la custodia física del activo subyacente, sí permite exponerte a dicho activo desde la comodidad de tu broker de confianza.
Pero, lo interesante de esto es lo que sucedió en el largo plazo con el precio del oro después del inicio de operación de estos ETF.
Como se puede ver, en el corto plazo el precio cayó, pero en el largo plazo el precio aumentó, y una de las razones podría ser que, al existir este instrumento como una opción viable para muchos inversionistas, la demanda del oro incrementó al tener las emisoras que adquirir más oro para satisfacer la demanda de sus propios ETF.
Esto abrió la puerta a más inversionistas para tener exposición al oro, la cual tenían solo aquellos que contaban con los medios para adquirir, almacenar y trasladar dicho oro.
Con Bitcoin sucede algo muy similar. Si bien yo soy una gran defensora de la autocustodia, esto no me impide ver que hoy en día no es para todos. No lo es ni para el fondo de inversión que gestiona millones de dólares pero que tiene lineamientos estrictos sobre colocación de capital, ni lo es para el jubilado que tiene su broker de confianza pero que aún batalla para usar una computadora o su celular.
Un ETF brinda una opción más para invertir, ya que si bien lo ideal siempre será tener la custodia de nuestros activos, estos instrumentos democratizan el acceso a inversiones que, en mi opinión, todos deberíamos tener en nuestras carteras, en un porcentaje que dependerá de lo conservador, moderado o arriesgado de nuestro perfil.
Y aunque los criptoactivos puedan tener una gran volatilidad y el precio de Bitcoin, a pesar de toda la demanda que puede traer un ETF, haya caído inmediatamente después de su entrada en operación, recordemos que para tener finanzas sanas, no hay que tomar decisiones apresuradas por la volatilidad en el corto plazo, sino más bien recordar la importancia de nuestras inversiones en el largo plazo.
📝 Bio de la Escritora
Karen es Maestra en Derecho; ama escribir sobre blockchain y criptoactivos, finanzas personales e inversiones. Se ha dedicado activamente a enseñar, dar charlas e impartir capacitaciones así como a escribir sobre estos temas que le apasionan tanto.
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